8 de noviembre de 2010

Te regalo...

Me decías hoy, mientras paseábamos con bastante frío, que cuando quisiese, te podría hacer un regalo, que a tí te daba igual... y claro, yo me acuerdo, porque soy un cursi, y bueno, tengo pensado tu regalo de cumpleaños, pero mientras, pues esto es lo mejor que puedo regalarte, no es mucha cosa, pero yo quiero un regalo, que te rías, así que...
Bueno, esto es una manera de darte las gracias por estas... 5 o 6 semanas, ¿por qué? Porque el año pasado fue complicado, porque te vi muy poco, demasiado poco, pero bueno, este año, tampoco te veo a diario, pero sé que si te necesito, te puedo dar un telefonazo y verte, y hundirme en tus pensamientos, y que tú estudies los míos, y que al final, acabe casi llorando dándome cuenta de que haces conmigo lo que quieres, pero lo que haces, yo creo, y sé, que es por mi bien, y no sé, eso me hace sentirme bien, y quiero que lo sepas...
Y ya sé que tú no eres de hacer estas cosas, y que probablemente pienses que te pongo un compromiso, pero soy libre de hacer lo que me de la gana, y no creo que haya mejor regalo (no material, claro) que dar las gracias de corazón, y yo las doy, y de corazón, porque contigo la mente... se doblega...
Te odio, por supuesto, porque eres una Maldita Lesbian y te aprovechas de mí, pero yo que sé, contigo, y por supuesto, que no piense nadie que me olvido, con sandra, pues me estais alegrando el curso...
Supera las espectativas todo esto,  porque el año pasado recurría a un mensaje complicado, y tú a veces también, y eso estaba bien, pero no era verdadera ayuda, no era todo lo que podría darse, y ahora, pues sí...
Y no sé por qué dices que estás espesa, pero seguro que no es por la comida, te lo digo yo, la comida no afecta, es una cuestión de rachas, el problema es que tú sueles estar tan enrachada que a la mínima pues no sé, se apagan las luces un instante y te puedes preocupar, pero en el fondo sé que tú misma sabes que no vale la pena preocuparse por nada...
Y bueno, que ya me vuelves a charlar, y no os sé decir a vosotras, las niñas que viven más lejo de mi piso, que estoy ocupado, os tengo que hablar, dice Sandra que eres mi debilidad (me lo ha dicho antes ehh, que no mienta luego negándome), y quizás sea verdad, pero, y si lo es, ¿qué cambia eso? Soy lo que quiero ser, ahora sí...
Muchas gracias pequeña gran mujer...

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