23 de noviembre de 2010

No se puede fingir otra cosa...

Y en esto que van las cosas dando vueltas cuesta abajo y sin vistas de detenerse cuando aparecen nuevos soles, nuevas maneras de ver a través de cristales, y cambian los colores, todos y cada uno de los colores, incluso las formas, incluso los objetos, que no sue esencia, claro está...
Y ya se está acabando la cuesta abajo que era este mes, y ya se va haciendo cuesta arriba, y ya se va agotando el reloj de arena que la bendita fortuna volteó a principios del día 1 de hace casi un mes...y ya no puedo fingir interés en que realmente me gusta esto...porque no es así...
Quiero llegar, siempre quiero llegar más alto, más lejos, más allá... pero al final, de tanto achinar los ojos, los cierras, y pierdes de vista, y realmente no consigues agarrarte, ni tocar el tejado que querías saltar, y bueno, no es un fracaso, es simplemente llegar a tu destino real, y no al que había más allá...
No finjo nada desde hace un tiempo, y que alegría, de verdad, así da gusto mentir cuando no hay nada qu  fingir, porque realmente, tampoco tendría porque rendir cuentas a nadie, la vida, mi vida, es mía...
Diré una verdad, una verdad que espero que sea verdad, pero que ahora mismo no es más que aspiración a verdad...quiero tocar con los dedos, con la punta de los dedos, quiero ver muy de cerca lo más pequeño de mi mundo, y quiero saltar y al caer, sentir mis pies pesados y ligeros a la vez, y todo quiero hacerlo en una última entrada, porque no da para más, no doy más...
Por cierto, ando engañándome desde hace tiempo, cáspita, tendrá solución, de momento, la palabra es la solución...¿qué palabra? No sé no, no responderé...

No hay comentarios:

Publicar un comentario