27 de septiembre de 2011

¡Consiste en lo siguiente!

Conocernos, casualidad, destino, ¿qué más da? No lo elegimos, quizás si, verás...
Seguimos, empezamos a crear, recuerdos que todavía no imaginamos que serán, recuerdos de aquellos que te hacen llorar...¡de felicidad!
¡Qué escándalo!, es lo que provocamos al pasar. Las farolas se cansan de mirar, los bancos de soportar, pesadas tardes de cualquier estación, pues la magia está con nosotros, y no nosotros con que llueva o haga sol.
La clave es arriesgar, usar la mano izquierda para apostar, por tí, por el cuchicheo de los demás al vernos chocar.
Folios al suelo, la excusa para agacharme y convertirte en el caballero que tú, la princesa, siempre andabas buscando.
Y luego está la otra mitad, la que no es de verdad. La que viene al repetir esa canción especial, los sueños y pesadillas que no se pueden evitar. ¿A quién le preocupa eso? A nadie cuando nadie tiene nada que envidiar.
Y yo tengo ese moflete cariñoso que yo no me canso de besar, y tengo esos andares caprichosos que te hacen saltar ante cualquier bache.
Risas, y volvamos a empezar, ¿por dónde íbamos? Ah, si, por conocernos de casualidad, por dejar que yo acierte, por tú perdonarme al fallar, por atar cabos sueltos y por volver a empezar.
Por que ha vuelto el año escolar, y yo sigo en el cole, sigo siendo ese niño de mamá que con apenas 8 años ya tiene su primer amor de facultad.
La sonrisa de la chica es de niña, de verdad. ¿Te apetece convertirme en tu Peter Pan?

26 de septiembre de 2011

Necesidades, objetivos y demás razones

No estoy bien. Partiendo de eso, sé que no puedo adivinar como estaré pasado mañana, y sin embargo me empeño en tratar de hacerlo. ¡Soberana idiotez! Imposible de evitar, dicho sea de paso. En mi naturaleza está haber llegado a esta situación, y volverla agónica con mis intentos de adivinar a dónde me llevará.
No puedo escribir, agarrarme a esa tabla que siempre me salvaba, y no porque no quiera, simplemente porque no encuentro las palabras de angustia, de desesperación, y a la vez, de fe y esperanza, porque sé que poniéndome en lo peor fallaré tanto como siendo un necio optimista.
Y en esas estamos, con noches de escuchar un reloj de pared, con almohadas que nunca son lo suficientemente mullidas,con mal humor a ratos y humor de perros el otro rato. 
Pero sabes qué, siempre quedará París, y también siempre quedan las fotos, y también quedan siempre las ganas de sudar jugando a fútbol o a tenis, y la idea de sobrevivir, que siempre es más fuerte, y los retos.
Sin ellos, sin esa afrenta personal de poner el listón siempre más alto de lo posible, dándole condimento a la vida, no sería nada ahora mismo.
Pero como tengo retos y mucha hambre, me falta paciencia, capear a la tormenta, y divertirme siempre siempre siempre que pueda.

16 de septiembre de 2011

Giro inesperado

¿Por dónde íbamos?
Ya te mordías el labio...y te tocabas el pelo. 
Es cuestión de costumbres.
Un puñado de palomitas sobre el sofá y la alfombra.
Un par de lágrimas en la despedida que pone punto y final a una película que yo no soportaba y que tú ya habías visto mil veces.
Y no tenemos chimenea, como en los sueños dulces, tampoco tenemos fruta de la pasión y fresas con nata.
Pero tenemos calor, y tú el pelo suelto, y yo sudor en las manos. Y bueno, nos divertimos, no está mal, no está prohibido.
Y nos busca una cámara que realmente no existe, y se ve nuestra escena, las pistas del crimen que conduce a la cama. Pero el Sol ya está fuera, y si querías ver algo, hace horas que sólo estamos tú, yo y la almohada.
Pero respiras el ambiente, y todavía, todavía queda magia.
Íbamos por el momento en que inspiras y me matas...

9 de septiembre de 2011

Excentricidades

Como tener un nombre muy especial para dárselo en los sueños a tu personaje preferido. Como tener la mala costumbre de dibujarse los brazos con el arte abstracto de un boli bic. Como no pisar nunca el primer escalón de una escalera o divertirse paseando entre cubos de basura buscando gatos negros.
Luego las hay de otro tipo. 
De aquellas que perfuman la almohada de la princesa durmiento con la única intención de que el primer hola de la mañana sepa a flores.
O algunas de tus preferidas, como preguntar por la ausencia de tu peinado esperando la respuesta del asombro ante tan ideal peinado. Y ser risueña los días de lluvia porque si tú no le sonríes a las nubes, las nubes no nos dejarán sonreir. Claro que también las hay más corrientes, como andar descalzo por casa con la única intención de sentir los dedos más que nunca, y luego darse una ducha, de los pies a la cabeza, o de la cabeza a los pies.
Y luego nuestra preferida, esa que habla de una edad mediaval, en que por asalto, sin negociación, te mando un emisario en forma de guiño, y tú te haces de rogar, y luego lanzas piedras a un caballo que huía ante negras perspectivas, y al final, al final asalto y rendición de común acuerdo. 
Y charlas entre el humo de agua ardiendo...porque nuestra principal excentricidad es ahorrar agua y gastar besos y caricias, nos gusta derrochar...y lo hacemos sin cabeza.
¿Para qué sino tenemos el corazón?