Tenía yo que decirte algo, en serio que sí, justo una cosa que había soñado, de verás que no miento, lo que pasa que se me ha ido...
Iba de ese sueño curioso, no recuerdo muy bien, debo decirlo rápido, que se me borra, se evaporan los sueños, ¡maldita sea! Qué estaba yo sentado, y horas pasaban muy lentamente, y junto a mí, un reloj parado, y significaba algo, y algo te quería yo decir, y de pronto aparecían centenares de pájaros, y se ponía el sol, y todo se apagaba, y parecía que simplemente estaba flotando en mitad de ninguna parte, y ahí seguía el puñetero reloj...no paraba, como era de esperar, cada tic-tac era desesperante, pero todavía peor sería que se hubiese detenido, eso si que no...
Y me desperté asustado, espera...¿he dicho que me desperté? Estaba despierto ahora que recuerdo, vuelven a mí nubes, vuelven a mí las cosas algo más claras...espera, yo que sé, era todo muy raro, no me preguntes donde estaba, porque estaba en ninguna parte, ninguna parte importante, se supone, creo yo, cree tú anda...
Y algo me dije, porque a menudo los sueños somos nosotros mismos, en otras ocasiones no, pero esta vez sí, lo sé porque el sueño me lo dijo...
¿Qué te dijo qué?
Que yo que sé, no hagas más preguntas, que aquí el que quería preguntar era yo, el que quería hablar era yo, y era algo mucho más sencillo, lo estoy complicando, por dios...si es que no sé a qué ha venido ese sueño... espera
espera otro poco más
a ver, dame un grito...
¡No!
Eso, eso era sí, ya me acuerdo, no tenía nada importante que contarte, era simplemente la excusa perfecta para seguir hablando contigo...Dios, mi subcosciente, o lo que sea que sueñe en mí, es tan enrevesado como esta misma vida, sino, a santo de qué...
¿Entonces no dices nada más?
Bueno, sí, algo diré, ¿qué hora puedes darme a mí?
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