9 de diciembre de 2010

Fui yo...

Si, sin lugar a dudas, toca confesarme, FUI YO...
Yo moví los hilos para que callese nieve en tu ventana esa calurosa tarde de mediados de enero...
Fui yo el que pidió un abeto de colores para que no te aburrieses de esta aburrida navidad...
¿Para qué negar que fui yo el que inundó tu habitación para traerte a mi salón?
Confieso también que yo rompí las barandillas a las que te agarrabas antes de conocerme...
Fue mi presencia, mi deseo el que hizo arder de forma azulada cualquier reloj que te molestaba...
Yo puse un ligero toque a naranja bajo tu almohada para que tus sueños no fuesen tan sosos.
Yo di explicación a lo inexplicable para que pudieses negar una y otra vez cualquier explicación...
Yo compuse el momento que va atado a tu canción favorita, creeme...
Me vi obligado a romper todos mis libros para regalarte toda mi locura...
Todo aquello que se pasó un instante por tu cabeza y acabó convirtiéndose en verdadero...ese fui yo...
Fue mi voluntad, la fuerza de mi alma que andaba perdida sin ningún propósito, y que encontró un quehacer...fue todo por intensa emoción, por terribles impulsos, todo, lo malo y lo bueno, lo hice yo...
Y hoy todavía me pregunto por qué lo hice...
Yo diría que fue por verte sonreir, aunque me conforme con no perderte de vista mientras caminaba hacia otro lado...

1 comentario: