Analiza cada una de estas palabras cómo si fuese un poema de Quevedo, cómo si fuese un cuadro de Picasso y luego...analizaló de nuevo, lo mismo te encuentras un cuadro de Góngora y un bello soneto de un preescolar...
Buscas saber si narro algo, si esto es narrativo, si acaso fuese metalingüístico por explicar mientras escribo aquello que digo...
Claro que pueden aparecer figuras literarios, pero las pondrás y encontrarás tú, porque no hay texto más claro, que el que sabe disimular, y el que parece sencillo, justo antes de analizar...porque lo bonito de un texto, es leer sin más.
Todo tiene moraleja, todo viene y todo va, ya lo decían los poemas, que la poesía es rimar...Y si los poemas son en prosa, y si la reflexión es mucho más simple, ¿el texto no vale nada? ¿O el texto duplica su valor? Es una cuestión de creencias...de si crees, de si no crees, de si opinas, o de si callas...
Yo podría escribir cosas, que te hicieran sonreir, pero sería ir a lo fácil, y lo que quiero es discutir, aunque con ello no gane nada, para mí eso es vivir.
No existe el texto ideal, ni la persona ni el objeto perfecto, no existe en lo absoluto, aunque mucho en lo relativo, sino cómo explicas que a unos les parezca una película genial, y a otros un peñazo. Pues es fácil de explicar, simplemente basta con haberse parado a pensar, y tras compartir con uno mismo, los gustos propios y de los demás, tendrás una opinión, tan tuya tan tuya tan tuya, que estará influida por los demás, porque al fin y al cabo, lo que escribes no vale nada, si no has conseguido engañar...
Que no tiene principio claro, que no tiene final feliz, son las cosas de la historia, de la propia vida, que aunque lo planeas de una manera, nunca sabes que elegir.
Hablaría ahora de dragones, de sus alas y del mar, pero claro que puedes decir, ¡Amigo que loco estás!. Mejor habla tú ahora, mejor esto llega al final, para así empezar ahora, lo que importa de verdad...todo lo que tras las palabras, se suele provocar...
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