Resulta muy curioso, y supongo que mucha gente lo habrá descubierto, pero yo quiero escribirlo, porque es algo así como una ley no escrita que usa tanta tanta gente que se vuelve norma...
Pongo la situación...tú estás dudando sobre que hacer o no, si tomar el camino A o el camino B (esto pasa muy a menudo en muchísimas situaciones). Bueno, a veces tienes claro que tomar si lo piensas con cuidado, pero otras veces, bien por falta de tiempo o bien poqrue no tienes ganas de pararte a pensar, recurres a la suerte para moverte hacia uno u otro lado...te cuento...
Se te ocurre brillantemente (pese a que esto es ya viejísimo) lanzar, por poner un ejemplo, una moneda, si sale cara tomas el primer camino y si sale cruz tomas el segundo...La lanzas al aire y...si sale cara, pues tal vez vayas a cara...si sales cruz, tal vez vayas a cruz...o no...¿por qué?
Pues muy sencillo, tú antes de lanzar esa moneda, antes siquiera de pensar que es cara y que es cruz, ya has elegido que quieres hacer, pero como no encuentras un motivo que incline la balanza hacia tu interés, como te encuentras con contradicciones, pues usas a la diosa fortuna para apoyarte...o no, cosas de la vida.
Si la fortuna elige estar de tu lado, ¡bendición!, pues ya tendrás la excusa perfecta y tomarás el camino que querías...si la fortuna te da la de arena en esta ocasión, pues no pasa nada, te peleas con ella, te dices a ti mismo rotundamente que no crees en la fortuna y tomas el camino que ya habías elegido...
¿Por qué hacemos esto? Pues por lo mismo por lo que algunos esperan a que el semáforo se ponga en verde en mitad de una calle vacía o por lo mismo por lo que otros se llevan las manos a la cabeza cuando llueve, como si eso sirviese de mucho...Pura autodefensa a mi parecer, pero bendito sea este libre albedrío nuestro que nos permite engañarnos, conocernos y decidir...La fortuna existe, pero en las decisiones de los humanos es más una excusa o una coartada que un factor real, ¿no crees?
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