19 de febrero de 2011

Mis ojos, mis manos, tú y yo.

Vale, lo reconozco, asumo mis defectos, magnifico mis virtudes, sé que peco de arrogante, sé que así, de este modo, no llego a ninguna parte.
Y rectifico, y cambio mi ánimo, y gira mi mundo, y cambia el mal tiempo, y yo sigo siendo el mismo, y no me da la gana de cambiar realmente, porque eso es imposible, porque la esencia hace al ser humano, realmente humano, y luchar contra uno mismo, es librar la peor de las batallas, por la falta de esperanzas de ganarla...
Veo, más o menos lejos, pero veo cosas, o las imagino, o las supongo, pero te miro, y me reflejo, y cada palabra, y cada tontería que escribo, rebotó en mis ojos, y no entenderás muy bien esto, yo no entiendo el proceso, probablemente será algo normal, pero para mí, eso soy yo, esa es mi particularidad, esa es la conseción que me hago, a considerarme especial.
En serio, mis manos no van, no funcionan si me paro a pensar, si planeo lo más mínimo, nada me sirve de ná, es todo muy extraño, veo mis dedos teclear, ellos me dicen a mí, lo que tengo que pensar... 
Pensarás que estoy loco, que lo que digos son tonterías, yo también lo pienso mientras digo, que bendita suerte la mía, por dejarme llevar, por mis ojos y mis manos, que siguen, por supuesto, tu compás...

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