Asustate, huyo, acobardame, esconde esa sonrisa, imaginate, rompe con todo, mezclame contigo, se nosotros, por favor.
La curiosa sensación de despertar pasada la mañana junto a una sonrisa borrosa que escapó de una noche ya olvidada resulta ser curiosamente similar a los sueños que día a día tengo escondidos tras mi almohada de realidad imaginada que sostiene que si arriesgase mi vida sería opuesta a la absurda promesa no firmada de suponer que sin hacer nada podrán pasar cosas soñadas.
Un respiro por favor, te pido eso, un respiro tras el beso, una promesa sin lo siento.
Y volver a comenzar a caminar sin rumbo fijo deseando aparentar que no se está perdido choca de frente con la idea de alcanzar una meta idealizada que sospecha cada día más de uno que de ella aparentando tener suerte pero ocultando su esencia.
No le busques más sentido, ni justificación ni excusas, busca un único motivo y hazlo porque lo sientes.
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