Cada palabra, elegida delicadamente, cada instante, decididamente improvisado, cada mal recuerdo, cuidadosamente olvidado, ese primer beso, magníficamente fotografiado.
Ando moderadamente obsesionado con darle ritmo a mi vida sin rimar, pero, ¿ves lo que me pasa? Se me escapan las rimas, sin poderlo evitar.
Convertí la suerte de hallarte a fuerza de buscar, aprendí a cada instante que cada día desconozco más, acabé imaginando más de lo que podía imaginar, imaginé que podiamos, y pudimos...soñar.
Hice de lo extraordinario mi trabajo, y tú de mi trabajo un placer, conseguimos fallar sin rendirnos, y ahora toca ponerle la guinda al pastel.
Convertí la suerte de hallarte a fuerza de buscar, aprendí a cada instante que cada día desconozco más, acabé imaginando más de lo que podía imaginar, imaginé que podiamos, y pudimos...soñar.
Hice de lo extraordinario mi trabajo, y tú de mi trabajo un placer, conseguimos fallar sin rendirnos, y ahora toca ponerle la guinda al pastel.
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