Te veo bajo la lluvia, bajo esta tremenda tormenta, con los brazos extendidos, dando vueltas sobre tí, hecha casi agua...
Y nunca te he visto tan hermosa, nunca imaginé que pudieses estar tan guapa con ese pelo mojado que me tiene cautivado, sinceramente, jamás encontraré nadie tan bonito como tú...
Mientras te miro hipnotizado, me pellizco, tratando de creer, tratando de saber que tú, que lo que veo, es real y no un sueño del que no quisiera despertar.
Y con la lluvia, con tus lágrimas de felicidad me llega algo que no se puede tocar, algo que no puedo ver, pero que empiezo a notar...
Va desde los dedos de mis pies, subiendo sin parar, haciendome soltar el aire en un último suspiro, haciéndome delirar, creyendo que ya no existo, que no puedo más.
Debe ser el olor del agua que nos cae encima, que me dice que te quiere, que te susurra que te amo, no lo podrás describir, nolo podré capturar, simplemente lo sentimos, sentimos el agua caer, y ese ruido y esa sensación resulta brutal, resulta indescriptible, y me hace llorar...
¡Lloraba el cielo, llorabas tú, ahora lloro yo, porque me doy cuenta de que los ángeles, existen en mi realidad!
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