Porque en medio de tanto calor, en medio de tanto verano, justo ahora, lo que más necesito son jarras de agua fría, cuanto más fría, mejor, porque aspiro a eso, a enfriar, a debilitar, a sencillamente cambiar. ¿De qué sirve tanta intensidad, tanta fuerza hacia uno u otro destino cuando no los quieres o no los eliges? De nada, mucho mejor y más práctico sería verlo todo desde otra perspectiva, desde la perspectiva fría, la matemática, la más sencilla, la única controlable. Sí, sin lugar a dudas eso me vendría muy bien…
Mi mundo pide al mismo tiempo a gritos frío y calor, pero yo, yo no sé que quiero, porque lo que más deseo es frío, muchísimo frío, una pausa, la lentitud de las cosas, la simplificación de las ideas, la frialdad de las letras pero muchas veces, casi siempre más bien, el deseo no siempre significa lo que de verdad se quiere, simplemente lo que de verdad ayudaría de forma fácil…
Gritarme a mí mismo no sirve de nada, ni tratar de ayudarme cuando he llegado a un punto en que ni yo mismo soy capaz de distinguir mi postura o mis reacciones, y como lo que me rodea tampoco sabe ayudarme porque simplemente no puede o yo no me dejo, nos encontramos en una complicada situación, en un punto en que el calor me agobia desmesuradamente, me asfixia y no me deja ver con claridad si lo que pretendo es avanzar con valentía o pararme a descansar con cabeza.
Cada minuto se me está haciendo un mundo, cada duda una agonía y cada recuerdo, un golpe dañino, porque no hay nada más doloroso que ansiar un pasado que antes tampoco te agradaba pero que ahora…ahora no sirve tampoco para nada, porque constantemente me contradigo…
Maldita sea esa chispa que todos tenemos, en mayor o menor medida, ese impulso que aunque ni lo queramos nos sigue empujando a sentir, sobre todo cuando menos lo deseamos, cuando más querría parar el tiempo, hablar con una ayuda real, y no con un símbolo imaginario, y decidir a donde quiero ir, y que quiero sentir y que dejar de sentir…
Mi mundo pide al mismo tiempo a gritos frío y calor, pero yo, yo no sé que quiero, porque lo que más deseo es frío, muchísimo frío, una pausa, la lentitud de las cosas, la simplificación de las ideas, la frialdad de las letras pero muchas veces, casi siempre más bien, el deseo no siempre significa lo que de verdad se quiere, simplemente lo que de verdad ayudaría de forma fácil…
Gritarme a mí mismo no sirve de nada, ni tratar de ayudarme cuando he llegado a un punto en que ni yo mismo soy capaz de distinguir mi postura o mis reacciones, y como lo que me rodea tampoco sabe ayudarme porque simplemente no puede o yo no me dejo, nos encontramos en una complicada situación, en un punto en que el calor me agobia desmesuradamente, me asfixia y no me deja ver con claridad si lo que pretendo es avanzar con valentía o pararme a descansar con cabeza.
Cada minuto se me está haciendo un mundo, cada duda una agonía y cada recuerdo, un golpe dañino, porque no hay nada más doloroso que ansiar un pasado que antes tampoco te agradaba pero que ahora…ahora no sirve tampoco para nada, porque constantemente me contradigo…
Maldita sea esa chispa que todos tenemos, en mayor o menor medida, ese impulso que aunque ni lo queramos nos sigue empujando a sentir, sobre todo cuando menos lo deseamos, cuando más querría parar el tiempo, hablar con una ayuda real, y no con un símbolo imaginario, y decidir a donde quiero ir, y que quiero sentir y que dejar de sentir…
Odio muchas cosas, la facultad, a veces a ti( bueno vale la gran parte), odio que me griten, odio tener a la gente que quiero lejos, odio el calor pagajoso, odio la mentira, odio llorar delante de la gente... pero odio mucho no entender bien tus escritos.....T_T si los e me preocupo demasiado...T_T peor bueno mira cabesaaa echate agua fria y asi la temperatura baja!!!!=)
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Sara