Ahora sí, ahora no...

Y resulta que parezco bipolar, o al menos eso dice mi parte racional de mí mismo…
¿No me canso nunca de hablar de mí mismo? De nuevo te digo yo que no…
Y duele muchísimo, y quema bastante, y sinceramente tengo ganas de marcharme para desconectar, para andar entretenido en otras cosas…
Pero claro, eso no es tan fácil, es más, es muy complicado, así que mientras tanto, calculemos las prioridades, aceptemos las sensaciones que toca aguantar y finalmente elijamos con la cabeza, que lo demás carece de importancia cuando se puede conseguir que dos más dos sume cuatro…
Porque pintar cuadros que con palabras reflejen lo sentido es muy complicado y además, no sirve para nada más que para remover una amargura que ni siquiera podría haber evitado…
Y estoy ya incluso cansado de mí, hartísimo de preguntarme constantemente dudas cuya respuesta conozco tan bien que he sido capaz de negarlas una y otra vez, con la esperanza de que yo esté equivocado, pero resulta que no…
Llevo razón, que maravilla, ¿no? Pues no, sinceramente, preferiría no conocer las respuestas ni calcular el tiempo, preferiría no manipularme más pensando demasiado…
Y luego, luego quieres volver a ponerlo todo blanco y negro, cuando los extremos ni existen realmente ni son saludables, total, que ando deambulando de un lado a otro de la realidad sin ser capaz de elegir, la solución…
Pues como siempre, el tiempo, ese mágico reloj que no se detiene nunca, para lo bueno y para lo malo, todo pasa…y si te lo propones, nada queda siquiera…