Y tú te preguntarás que significa eso...pues muy mal, porque deberías entenderlo. Y cuando lo entiendas, te preguntarás de que voy, y fatal de nuevo, porque deberías empezar a conocerme.
Infinita ingenuidad, llegada aleatoriamente, no sé como explicar, que lo que siento no se puede explicar. Perdido, así me siento, ¿cuándo? A menudo. ¿Bastantes veces? Tampoco tantas... es simplemente, que a veces me gusta quejarme, que me escuches, que me hagas saber que no estoy solo. Es egoismo, pero no tengo maldad, te lo prometo.
No tengas miedo, creéme, soy un cobarde, pero a tí, en particular, no te dejaré marchar. Corro rápido, a ningún lugar, no sé cuál es mi principio, dime tú el final, explicame porque a ratos, en las noches más tontas del mundo, se cae el mundo a mis pies.
Y me voy a largar, te voy a decir adiós, no me voy a adornar, no te voy a regalar flores, no tengo cambio de diez, no puedo sino llorar, no me queda otra cosa, que decirte que si fueses música, a ratos serías viva voz, y a ratos... a ratos serías el volver a empezar.
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