13 de enero de 2010

Año de nieves, Año de bienes, ¿no?

Bueno, pues a día 13 de enero de 2010, me atreveré a predecir un poco este nuevo año que acaba de comenzar.
Basándome en la teoría de que año de nieves, año de bienes, este año debe ser fantástico, ¿por qué?Pues porque de forma extraordinaria, el pasado domingo nevó en mi pueblo como nunca se recuerda por esas tierras, no una nevadita en la que la nieve no cuaja no, una nevada a la finlandesa, con tormenta incluida y jolgorio de la población sorprendida que probablemente tomase la nevada como un regalo de reyes con unos días de retraso y un anticipo de un año que todos esperan sea mejor que el anterior, lo cual es bastante fácil (por lo malo del anterior) y bastante dificil (por la pauta que ya marcó, de nuevo, el anterior).
Yo, sin embargo, me lo perdí. Sí, nieva una vez en la vida de un hombre en mi pueblo, y justo ese día, justo ese fin de semana, decido pasarlo en Sevilla. Que maravilla la verdad, escuchar y ver como muchos de mis amigos y conocidos se regodean en la felicidad y la euforia de ver nevar como tal vez nunca más vean en su pequeño pueblecito, que por un día pareció de postal de navidad. En Sevilla no nevó, nevó en todos los pueblos que rodean en sevilla, pero, ¿para que va a nevar en Sevilla? Eso sería una alegría para mucha gente, especialmente para mi, y total, mejor que les llueva como no ha llovido aquí en mucho tiempo, y que pasen frío, que para eso los sevillanos también disfrutan de muchas épocas de calor.
Yo estaba en mi piso de universitario y bueno, supuse que ese año de bienes que predecía esa nevada no me iba a tocar, pero eso es absurdo, ¿no?
Por dios, que estoy viviendo de universitario en Sevilla con cuatro amigos de toda la vida, que estoy con más libertad de la que nunca tendré, que estoy aprendiendo y forjándome un futuro como algo que deseo más que nada, ser periodista, por primera vez tengo internet, elijo la comida que quiero comer, puedo darme un capricho si me apetece(dentro de lo apurado de mi economía) y puedo hacer casi lo que me de la gana, ¿de qué me voy a quejar? ¿cómo no voy a ver este año que entra como un "año de bienes"?
Eso es imposible, y aunque he tardado unos días en darme cuenta, ahora me alegro de perderme la nevada(hasta cierto punto), pues eso me ha demostrado que estoy en otro lugar, pero que no cambiaría el lugar en el que estoy, la posición en que me ha colocado mi vida, por ver nieve, porque en realidad, y supongo que compartiras la idea conmigo, la nieve no es la que dará los bienes, la nieve sólo es un gesto que nos hace la vida para darnos el empujón que necesitamos para afrontar con un plus de satisfacción nuestro nuevo año, y eso, en definitiva, yo también lo he cogido.
Tengo ese empujón, tengo gente a mi lado, tengo palomitas y buena cerveza, tengo un sueño en proyecto, ¿qué más voy a pedir? Nada, ni siquiera nieve...

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