22 de enero de 2013

Como...

Sin orden, ¿de acuerdo?
Como un tropezón y la risa de tus amigos que viene justo después. Como atragantarte con una cerveza y empezar a llorar. Como pisar un charco, lamentarte pero que realmente te de igual. Como quemarte tras un día de playa bien disfrutado. Como atragantarte con un caramelo y al rato querer otro más. Como acabar agotado tras ir de un pueblo a otro solo por ver el paisaje. Como perder la voz de tanto follar. Como tener la espalda arañada tras no salir de la cama en un fin de semana. Como el primer bocado a una buena tarta de cumpleaños. Como casarte en las Vegas siendo católico, apostólico y romano. Como ensuciar un libro de leerlo una y otra vez. Como aprender una tontería tras otra un día tras otro sin que te canse. Como no tener que elegir entre papá y mamá porque ellos son inseparables. Como ver por primera vez los ojos de tu hermana pequeña. Como morderte las uñas de nerviosismo. Como la cuarta cerveza, esa que deja de ser amarga para ser un puñetero placer celestial. Como poder elegir entre ir al cielo o al infierno y elegir quedarme contigo. Como vivir sin calcetines. Como tener en tu frigorífico chocolate, chocolate y más chocolate. Como darse una ducha con buena música. Como correr bajo la lluvia bien acompañado. Como la primera vez que te caes de la bici. Como la primera vez que te llevas las manos a lo que guardas entre las piernas. Como la primera feria en la que no tienes hora. Como el primer riesgo que tomas sin permiso de tus padres. Como morderte los labios de puro placer. Como teñirte el pelo solo por dar la nota. Como la primera vez que te disfrazas del sexo opuesto. Como perder el control pensando que lo tienes todo bajo control. Como la primera vez que te rompes un hueso y sabes lo que de verdad es dolor. Como la primera traición, esa que tan mal te sabe y tanto te enseña. Como ser o no ser legítimo.
Vivir, eso es vivir, eso y un millón de millones de cosas más, pero en definitiva.
Como planear una cosa, trazar un plan perfecto y desear con todas tus fuerzas que fracase, que tengas que improvisar, porque solo así lo vas a disfrutar de verdad.
Pues eso, hoy, ayer y mañana, más pero no mejor, ¿verdad?

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