¿Quieres ver magia? Mejor aún, ¿quieres sentirla? No es una magia cualquiera por cierto, no tienes que encender la televisión para poder verla y oírla, que va, es mucho mejor, mejor aún si la apagas. No tendrás que visitar un teatro para ver una obra de un mago, nada más lejos de la realidad…de la magia.
La magia la tienes en tus manos, está en mis manos, está dentro de uno mismo, se tarda un poco en descubrirla y bueno…se necesitan algunos requisitos, en primer lugar sentirse humano…esto es indispensable, la magia no es algo divino, no es algo inexplicable fuera del hombre, todo lo contrario, es inexplicable por su propia naturaleza humana. Necesitarás también uno de los tesoros más perdidos en la actualidad, necesitarás imaginación, no un poco de imaginación, mucha, toda la que tengas y la que no sabes que tienes y por último necesitas la “varita mágica”.
¿Qué será para ti la “varita mágica”? ¿Un palito de madera?, ¿una bola de cristal?, ¿una baraja de cartas? Nada más lejos de la realidad, de nuevo nos equivocamos, el instrumento con que harás magia será la palabra, esa eterna y odiosa sinfonía que nos alumbra cuando se lo permitimos.
Lo que estás sintiendo es magia, te lo prometo (y yo no soy de prometer), tengo los ojos cerrados, no te pido que los cierres, porque no sabrías seguir el truco, pero si te pediré que lo hagas cuando llegues al final, entonces será cuando de verdad sepas que la próxima vez, no leerás, escribirás.
Me marcho del cuarto que tengo alrededor, lo estoy deseando, y con los ojos cerrados y las manos sobre el ordenador, lo estoy consiguiendo…Viajemos a mundos verdes y poblados de seres extraordinarios, a cielos de estrellas extrañas, a pasados desconocidos en un futuro no muy lejano, viajemos también a nuestros recuerdos musicales, que son los primeros que nos hacen sentir la verdadera magia cuando sentimos que vibramos (aunque no sabemos qué parte de nuestro cuerpo…o de nuestra alma vibra), partamos también en la búsqueda del conocimiento completo, del estudio absoluto de una ciencia. Son estos muchos viajes, muchos caminos increíbles que nos harán disfrutar de la vida, pero no es eso lo que quiero hoy, quiero magia, y esa magia la consigo cerrando los ojos y viendo las palabras que escribo dentro de mí, no en un papel (o en un blog), son mundos de letras y más letras, existen palabras que me dan miedo (error, pérdida, silencio…), existen palabras que me hacen reír sinceramente (Celia, amigos, familia…), existen palabras que me hacen soñar (periodismo, Sevilla…) existe de todo en este mundo, porque este mundo lo dicto yo, está en mi y llegará tan lejos como mi magia quiera…como las palabras quieran.
No es tan difícil si lo intentas, no es tan absurdo si lo piensas, no es tan falso si lo vives, no es tan irracional si no lo intentas controlar, simplemente, escribe, cierra los ojos y escribe, y ábrelos para leer, no te gustará todo lo que leas, igual que no te gusta la idea de magia negra y si la de magia, pero claro, para eso estamos aquí, para elegir, para equivocarnos y para seguir descubriendo, al fin y al cabo, la magia habrá pasado pronto de las palabras que sentiste…a los sentimientos que escribiste…
La magia la tienes en tus manos, está en mis manos, está dentro de uno mismo, se tarda un poco en descubrirla y bueno…se necesitan algunos requisitos, en primer lugar sentirse humano…esto es indispensable, la magia no es algo divino, no es algo inexplicable fuera del hombre, todo lo contrario, es inexplicable por su propia naturaleza humana. Necesitarás también uno de los tesoros más perdidos en la actualidad, necesitarás imaginación, no un poco de imaginación, mucha, toda la que tengas y la que no sabes que tienes y por último necesitas la “varita mágica”.
¿Qué será para ti la “varita mágica”? ¿Un palito de madera?, ¿una bola de cristal?, ¿una baraja de cartas? Nada más lejos de la realidad, de nuevo nos equivocamos, el instrumento con que harás magia será la palabra, esa eterna y odiosa sinfonía que nos alumbra cuando se lo permitimos.
Lo que estás sintiendo es magia, te lo prometo (y yo no soy de prometer), tengo los ojos cerrados, no te pido que los cierres, porque no sabrías seguir el truco, pero si te pediré que lo hagas cuando llegues al final, entonces será cuando de verdad sepas que la próxima vez, no leerás, escribirás.
Me marcho del cuarto que tengo alrededor, lo estoy deseando, y con los ojos cerrados y las manos sobre el ordenador, lo estoy consiguiendo…Viajemos a mundos verdes y poblados de seres extraordinarios, a cielos de estrellas extrañas, a pasados desconocidos en un futuro no muy lejano, viajemos también a nuestros recuerdos musicales, que son los primeros que nos hacen sentir la verdadera magia cuando sentimos que vibramos (aunque no sabemos qué parte de nuestro cuerpo…o de nuestra alma vibra), partamos también en la búsqueda del conocimiento completo, del estudio absoluto de una ciencia. Son estos muchos viajes, muchos caminos increíbles que nos harán disfrutar de la vida, pero no es eso lo que quiero hoy, quiero magia, y esa magia la consigo cerrando los ojos y viendo las palabras que escribo dentro de mí, no en un papel (o en un blog), son mundos de letras y más letras, existen palabras que me dan miedo (error, pérdida, silencio…), existen palabras que me hacen reír sinceramente (Celia, amigos, familia…), existen palabras que me hacen soñar (periodismo, Sevilla…) existe de todo en este mundo, porque este mundo lo dicto yo, está en mi y llegará tan lejos como mi magia quiera…como las palabras quieran.
No es tan difícil si lo intentas, no es tan absurdo si lo piensas, no es tan falso si lo vives, no es tan irracional si no lo intentas controlar, simplemente, escribe, cierra los ojos y escribe, y ábrelos para leer, no te gustará todo lo que leas, igual que no te gusta la idea de magia negra y si la de magia, pero claro, para eso estamos aquí, para elegir, para equivocarnos y para seguir descubriendo, al fin y al cabo, la magia habrá pasado pronto de las palabras que sentiste…a los sentimientos que escribiste…
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