¡Cuidaos todos! Se acercan, crecen, surge del más absoluto descenso de la humidad, será el reflejo de un futuro que sufrirán nuestros nietos si no lo evitamos, convirtamos la plaga en un mero aviso, lucha contra ella, evitala, protégete, prevén a los tuyos, pues sin esa prevención, se está haciendo fuerte en cada esquina, en cada bar, en cada clase de instituto, todo cae en sus manos, desde la peor de las calles hasta la mejor de las bibliotecas, jamás un enemigo fue a la vez tan invisible y tan visible, jamás se combatió con tan pocos soldados voluntarios una guerra que sólo entre todos se podría vencer.
En los talleres, en las bibliotecas, en las piscinas, en los bares y restaurantes, en las capitales, en los pueblos perdidos, en las oficinas, en las playas, en la montaña, en cada esquina, en internet, en los móviles, combatiremos, combatiré al menos hasta que no me queden fuerzas contra este nuevo enemigo, no me rendiré jamás, no aceptaré la derrota de esta plaga que no comprende de vencedores o vencidos, de lucha o paz, de la más grande de las cuestiones filosóficas a la menor de las preocupaciones de un viernes por la tarde a mediados de abril, jamás caeré ni me uniré a ella, no le concederé el mínimo descanso en el combate, allá donde aparezca, tramaré nuevos planes, urdiré nuevas estrategias para que algún día desaparezca, pues España pende de un hilo, cada día está más extendida, es más variada, más mutable, más destructiva, más ignorante y más lista a la vez, cada día hay menos esperanzas, las horas corren en mi contra, pero una vez iniciado el camino hacia la victoria, ninguna plaga podrá permitirme aceptar lo ilógico de su existencia…
En los talleres, en las bibliotecas, en las piscinas, en los bares y restaurantes, en las capitales, en los pueblos perdidos, en las oficinas, en las playas, en la montaña, en cada esquina, en internet, en los móviles, combatiremos, combatiré al menos hasta que no me queden fuerzas contra este nuevo enemigo, no me rendiré jamás, no aceptaré la derrota de esta plaga que no comprende de vencedores o vencidos, de lucha o paz, de la más grande de las cuestiones filosóficas a la menor de las preocupaciones de un viernes por la tarde a mediados de abril, jamás caeré ni me uniré a ella, no le concederé el mínimo descanso en el combate, allá donde aparezca, tramaré nuevos planes, urdiré nuevas estrategias para que algún día desaparezca, pues España pende de un hilo, cada día está más extendida, es más variada, más mutable, más destructiva, más ignorante y más lista a la vez, cada día hay menos esperanzas, las horas corren en mi contra, pero una vez iniciado el camino hacia la victoria, ninguna plaga podrá permitirme aceptar lo ilógico de su existencia…
No hay comentarios:
Publicar un comentario