16 de abril de 2011

Hola Ele!

Festivales de locura, decepcionante ilusión, golpes que saben a caricias, y sueños que fueron y son. No es mal momento para avisarte, no es mal día para confesarse, pero aunque las cosas se pinten también, no por ello saldrán bien, ¿lo entiendes? Yo no.
No suelo ser muy directo, no será esta la excepción, pero te saludo a tí, cotilla, que en el fondo me tienes cariño, y escribo ahora sin ganas, para que veas que si se le ponen ganas a las singanas, obviamente, alguien gana.
Claro que si, que siempre erré, que nunca llevé razón, que un pedazito de culpa fue mí, por no hacer caso a la razón. Suponer que os decía algo fue mi mayor error, suponer que sabía escuchar fue...fue lo que volvería hacer, no hay más.
No estoy triste, nunca lo estuve, nunca lo estaré, porque eso es un estado de ánimo, y al final, todo se puede controlar.
Subir al cielo, clavar los pies en tierra mojada, cortar el cesped a principios de agosto, sudar por culpa de ese capricho, y demás tonterías que no puedes enumerar, me gusta que os guste, porque al fin y al cabo, esto gusta a los demás, ¿no?

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