Mira, hagámoslo despacito, bueno, hazlo más bien. Es casi de noche, sabes que no te va a avisar, pero empieza a darte igual. Ves un par de libros, a su estantería, ves la papelera llena, vacíala. Enciende el ordenador, coloca los cables de forma que estorben lo menos posible. Limpia los cristales del armario y haz la cama de la habitación. Si, ya sé que es raro, pero hazlo por favor. La mesita de noche, apártala, no vayas a tropezar. Quitate los zapatos, las zapatillas de casa con forma de osito te sientan mejor. Elige un vestido bonito, verde si puede ser, con vuelo y ese punto de picardía tan propio de tu edad. Mirate al espejo, despeinate con los dedos. Vete al ordenador, y pon tu canción preferida...
Empieza a gritar. Aprovecha que papá no está en casa, pensabas que disfrutarías de esa noche sin ellos y con él, disfrutala ahora más dando vueltas como una niña de 6 años cantando aunque sea fatal., apaga la luz, total, nadie tiene por qué verte cantar. Enciende la luz, no pares de saltar, que tu ordenador sea lo único que quede en pie, que las sábanas se pisen al tú pasar. Que se rompa una lamparita, era una cursilada y ya te da igual. Te miras al espejo, quiero esa lengua lo más fuera posible, como si te diese igual que se riesen de tí al pasar. Usa de casco la ropa interior, que él hoy se perderá, cambiate de vestido cuando te canses, acaba por llorar...de felicidad.
¿Estás mareada de tanto saltar, girar y cantar? Tumbate en la cama, con la luz apagada, verás... Ves parpadeos, imágenes dispersas, y si tuvieses un espejo, tu sonrisa te escribiría felicidad. Descansa esa noche, sueña con que un príncipe menos tonto, uno que no sea de verdad, te lleva de paseo a donde le pidas. Sueña lo que te apetezca soñar.
Te despiertas, es temprano, no has podido dormir mejor, el tonto roncaba y no te dejaba descansar. Que locura de cuarto, ahora toca recoger, lucete y reordena el cuarto, usalo de ejemplo para una vida que está apunto de empezar. Tampoco han cambiado los ingredientes, pero cambió tu actitud, esa es la nueva vida, y nació de evitar llorar.
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