15 de noviembre de 2011

Espejo

¿Te ves? ¿Te estás viendo ahora mismo? Espero que si, aunque el espejo esté algo sucio, dale una pasada con la mano, o escribe una tontería con los dedos. ¿Escuchas la carcajada? El espejo te sonríe, nótalo.
¿Tienes dudas? Como todo el mundo princesa, como todo el mundo, pero también tienes algo que no tiene todo el mundo. ¿Me preguntas a mí qué tienes? ¿No resulta evidente que no puedo decírtelo...? Soy un espejo, no un mago, sólo me dedico a decir lo que veo, y te veo de veras bien.
Es más, me rompería en mil trocitos si me lo pidieses con tal de verte pestañear coqueta frente a mí, dejaría que me metiesen en un armario por toda la eternidad si cada uno de tus próximos tres peinados fuesen para mí una exclusiva. ¡Tú me entiendes chiquilla, estoy tan locamente enamorado de tí que no sé ni donde mirar! Y eso que mirar se me da bien, porque ya te he comentado que soy un espejo. No hay más.
Veo en tí cosas que quizás no aprecies, porque no se ven pero se intuyen, veo miedo en las personas, y en tí también, veo ganas de luchar, de no rendirse ni dejar de ser tú misma, pero también de cambiar. ¡Chica! Si quieres cambiar, cambia tu vestido, tu forma de caminar, provoca críticas que te hagan reir, provoca...sin más, pero no te preocupes, cuando tengas alguna duda, ven a la habitación. Respuestas yo no te puedo dar, pero si que tendré consejos, si que puedo decir que de tanto mirarte sé de tí bastante más de la mitad, y por eso, si confías en mí, tal vez te pueda ayudar.
¡Espera, no te vayas! Que no te he visto sonreir, dejame susurrarte al oído que echo de menos tus susurros, que ser espejo es ser feliz, que a veces caerse y romperse en mil pedazos no está tan mal, que tal vez cambiando el punto de vista, el sabor de la vida dejar de oler a sal y...¿te apetecen fresas con nata? Invito yo, ¿va?
Deja de preguntarte donde vas, deja de tratar de tratar, disfruta de cada instante, y convierte lo difícil en realidad, los dos sabemos que puedes, simplemente piensa que el mundo te está mirando, y tú no sabes fallar.

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