Quiero un beso de despedida peliculera.
Bajo la lluvia, con ropa blanca, el pelo suelto y música épica. Calles vacías, ventanas rotas y ciudades grandes como escenario de nuestro adiós.
Quiero que ese beso, sea el beso del reencuentro, nada de despedidas, que nos sientan fatal.
Me permito soñar con una corbata regalada, un par de pendientes de presumida y otro aniversario compartido. Compartir cambios de peinado, niños malvados, velas con champán y la última anécdota antes de mudarnos.
Quiero una relación de sangre azul y fondos de disney, de rojo pasión y desconocido final, de tango y vals, de eso que no sabemos pero imaginamos que si queremos, podemos alcanzar.
Y para terminar, quiero el beso, ese punto y final.
Estamos en la cama, toda la noche sin parar de charlar, esa es nuestra virtud, que no nos cansamos de tontear.
Tontear, repetir, acariciar, pervertir, ilusionar, dibujar, despeinar, suspirar, incluso susurrar.
Te beso, y lo mejor, no es película, ni despedida, es que nos vamos a dormir, y mañana cuando despierte, te volveré a oir respirar.
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