2 de febrero de 2013

No hay nada oculto que no vaya a ser revelado

"No hay nada oculto que no vaya a ser revelado".
Las malas compañías son las mejores, ya lo decía el bueno de Sabina, y sabía de lo que hablaba. Supongo, quizás, ¿dudo? Que va. ¿Asiento? Señora, véngase usted acá, que se puede sentar. Ahhh, espere, hablaba de afirmar. Pues sí, afirmo, la revelación de que lo que sé, de momento, la callo, pero la disfruto tanto como el que más.
Y esto es una moneda con dos caras. Para que en ella leas, por un lado, tú, la cara de cara sonriente, que siempre, y sin utilizar las palabras siempre ni jamás, tendré claro que estás a un lado del sofá. Y al otro lado, a esa cruz que más bien es un símbolo distante, un retrato de algo lejano que aún está por visitar, ¿qué decir? Pues que la fortuna siempre cae del lado del que lanza la moneda al aire.
Caiga cara, o caiga cruz, lo importante es saber, lo importante al final, es la verdad. 

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