21 de mayo de 2011

Lágrimas

La vida apesta, piensas para tí, mientras te alejas del barullo, aguantando las lágrimas...
Maldita sea, como pude ser tan tonta, ¿cómo me dejé engañar? Tienes corazón, eres humana, y has llegado al borde del precipicio.
Estás a punto de saltar, por ver si dejando caer las cosas, si tras ver como tu mundo se derrumba, tú te puedes salvar...
¿No te das cuenta que estoy ahí? Acompañándote de vuelta a casa, pese al frío o la calor, sin decir nada, hablando si me lo pides, escuchándote respirar. Con unas ganas terribles de suspirar, por tí, por nosotros, por evitar otra vez la historia de siempre, por escribir...
Y llega la despedida, y se te escapa una lágrima, y sé que das las gracias, y se te pasará, y llegado el momento adecuado, nos acercamos mucho y muy despacio, muy pequeñitos entre tanta noche atenta, y se para el mundo, y nos besamos, y se apaga lo bueno y lo malo, y nos quedamos a solas tú y yo, y si antes te quería, ahora...
Ahora no podemos hablar...

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