Te pienso quitar la falda, me estoy cansando de hablar, me
apetece bajarte las bragas, tengo ganas de verte sudar. No hay paciencia que me
valga, no hay ternura entre tanta pasión, te voy a comer los labios, voy a
dibujar en tu cuello, a mordiscos la palabra desenfreno, y no voy a permitir
que nos durmamos, sin gritar hasta que los vecinos se despierten.
Vas a conseguir desmayarme, vamos a saltar sobre la cama,
vamos a mojar la almohada, vamos a visitar farmacias, vamos a perder la
vergüenza, me harás lo que te apetezca, por una vez coincidiremos los dos, en
que la mejor manera de perder peso, es comiéndose al otro sin descanso.
No es una cuestión de sexo, yo no lo llamaría así, tampoco
haremos el amor, ni seremos una pareja feliz, es sólo un momento, un instante,
la necesidad imperiosa de ser feliz, la idea de que estando pegados el uno al
otro es el único modo de vivir.
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