9 de septiembre de 2011

Excentricidades

Como tener un nombre muy especial para dárselo en los sueños a tu personaje preferido. Como tener la mala costumbre de dibujarse los brazos con el arte abstracto de un boli bic. Como no pisar nunca el primer escalón de una escalera o divertirse paseando entre cubos de basura buscando gatos negros.
Luego las hay de otro tipo. 
De aquellas que perfuman la almohada de la princesa durmiento con la única intención de que el primer hola de la mañana sepa a flores.
O algunas de tus preferidas, como preguntar por la ausencia de tu peinado esperando la respuesta del asombro ante tan ideal peinado. Y ser risueña los días de lluvia porque si tú no le sonríes a las nubes, las nubes no nos dejarán sonreir. Claro que también las hay más corrientes, como andar descalzo por casa con la única intención de sentir los dedos más que nunca, y luego darse una ducha, de los pies a la cabeza, o de la cabeza a los pies.
Y luego nuestra preferida, esa que habla de una edad mediaval, en que por asalto, sin negociación, te mando un emisario en forma de guiño, y tú te haces de rogar, y luego lanzas piedras a un caballo que huía ante negras perspectivas, y al final, al final asalto y rendición de común acuerdo. 
Y charlas entre el humo de agua ardiendo...porque nuestra principal excentricidad es ahorrar agua y gastar besos y caricias, nos gusta derrochar...y lo hacemos sin cabeza.
¿Para qué sino tenemos el corazón?

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