21 de marzo de 2013

Jugar con la pulsera

Supongo que es una cuestión de gestos, ¿verdad? Llevo toda la noche con la pulsera sobre mi escritorio...primero tiene forma de una L, luego tiene forma amorfa, , luego caprichosa, no sé, luego en círculo...lo importante es no parar de jugar. Mi mano, a cada descanso de teclear, vuelve a ella, a juguetear...
No es esto lo que me gustaría decir, pero es esto lo que me sale decir. Hay algo que callo, algo que entiende la pulsera, por el significado de las cosas y de lo que ella misma entiende. No digo que sea un lenguaje sencillo, ni perfecto, pero es un lenguaje que, llegado el momento, en el lugar adecuado, es el más intenso de los mensajes.
Es como, a ver...de improvisto poner punto y seguido a un intenso desenlace que prometía un final venido a menos, algo así...
La esencia tiene innatas cualidades indescifrables aquí. ¿Lo entiendes? Viene a decir lo siguiente. No trates de dibujar un abrazo, de escribir un beso o de fotografiar una mirada, porque no lo vas a conseguir. La esencia sólo se encuentra cuando la tienes frente a ti...
Vivo buscando esencias, me acerco...cada día menos kilómetros. Sí.

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